“Un día tengo que dejarlo”
dice, y agita la cabeza.
Pero ni él mismo se convence.
“Tengo que buscar un discípulo
y transmitirle lo que sé,
retirarme, vivir tranquilo”
Pero él sabe que no lo hará.
No podría, no sabe cómo.
Las energías vienen solas
a sus manos. Conjuros, círculos,
fórmulas mágicas se le ocurren
y tiene que experimentarlas.
Su magia le quita la vida
pero su magia es pura vida.
Y por eso no la abandona.
Sacará cosas de la nada
hasta que él mismo no sea nada.
Y aun entonces, sobre la mesa,
su cáliz, su vara y su athame
seguirán temblando de magia.
dice, y agita la cabeza.
Pero ni él mismo se convence.
“Tengo que buscar un discípulo
y transmitirle lo que sé,
retirarme, vivir tranquilo”
Pero él sabe que no lo hará.
No podría, no sabe cómo.
Las energías vienen solas
a sus manos. Conjuros, círculos,
fórmulas mágicas se le ocurren
y tiene que experimentarlas.
Su magia le quita la vida
pero su magia es pura vida.
Y por eso no la abandona.
Sacará cosas de la nada
hasta que él mismo no sea nada.
Y aun entonces, sobre la mesa,
su cáliz, su vara y su athame
seguirán temblando de magia.